Todos
los seres humanos tienen 22 pares de cromosomas iguales, denominados autosomas,
y un par de cromosomas diferentes según el sexo del individuo, los cromosomas
sexuales o heterocromosomas.
Los cromosomas de cada especie poseen
una serie de características, como la forma, el tamaño, la posición del centrómero
y las bandas que presentan al teñirse. Este conjunto de particularidades, que
permite identificar los cromosomas de las distintas especies, recibe el nombre
de cariotipo, y su representación gráfica, ordenada por parejas de cromosomas
homólogos, se denomina cariograma.
Es recomendable realizar un
cariotipo de un individuo en los casos que a continuación se exponen:
- Para confirmar síndromes congénitos.
- Cuando se observan algunas anomalías específicas o que pueden estar relacionadas con los heterocromosomas.
- En situaciones de abortos repetidos, problemas de esterilidad, etc.
Mediante el estudio del
cariotipo es posible detectar anomalías en el número o en la forma de los
cromosomas. La mayoría de estas
anomalías provocan deficiencias, y muchos individuos no llegan a nacer o mueren
en los primeros meses de vida. La determinación del cariotipo del feto permite
detectar, antes del nacimiento, algunas de estas deficiencias.
Para determinar el cariotipo
de un individuo, es necesario llevar a cabo un cultivo de células y, cuando
estas comienzan a dividirse, teñirlas y hacer una preparación microscópica para
fotografiar los cromosomas.
En un feto, las células se pueden obtener por
amniocentesis, es decir, efectuando una punción en el vientre de la madre para
obtener líquido amniótico o bien por punción directa del cordón umbilical para
extraer sangre del feto. En un individuo adulto se utilizan los glóbulos
blancos de la sangre.
El último paso para determinar el cariotipo es ordenar y emparejar
los cromosomas, y verificar si es
correcto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario